
¿Qué se siente… decir que sí por presión?
Muchas veces, decir “no” se convierte en una misión casi imposible cuando nos presionan. Nos “arrochamos” frente a las miradas del grupo y a veces sufrimos consecuencias inolvidables.
Conversamos con Claudia Hernández y nos contó una anécdota. Algo inesperado surge de sus recuerdos… comienza el vals.
Ella tenía dieciséis años cuando, en una gran reunión familiar, un tío de su enamorado la sacó a bailar. El tío era de los fiesteros y bailarines y no se le pudo ocurrir una mejor idea que sacar a bailar a la enamorada del sobrino favorito de las cincuenta tías presentes. “Por supuesto que decir ‘no’ hubiese sido el gran roche” comenta Claudia. “Sobre todo con todos mirándome.”
Comenzó a bailar. Para colmo, era un vals criollo. Claudia se dio cuenta de que, por más que lo intentaba, no podía hacer nada con ese tipo de música y menos en esas condiciones. Parada ahí pensaba cómo estarían rajando de ella. Estaba avergonzadísima.
“Nunca aprendí a bailar vals” dice Claudia, y continúa contándonos que a partir de ese punto, se propuso a evitarlo diciendo ‘no’ cada vez que podía.
Alejandra Napurí