
¿Quedar rojo como un camarón?
Todos los que hemos tenido erisipela sabemos bien qué se siente. Los que no, pueden preguntárselo, pero no se sabe hasta que te sucede. La respuesta es sencilla y depende qué tanto puede doler y dónde.
Tener erisipela en la espalda es terrible. Peor si duermes boca arriba, los respaldares de las sillas son una tortura. Sientes como si la piel se te estuviera rompiendo. Muchas personas se ponen tomate para aliviar el dolor, pero no es chistoso oler a tuco.
Además de la espalda, las piernas son uno de los sitos más dolorosos cuando se broncea en exceso. Especialmente en la articulación de las rodillas. Te duele caminar, no se soporta. No puedes sentarte con las piernas cruzadas, no puede ni rozarte la falda, ni sueñes con usar jeans. Lo más “seguro” sería un short, pero quedar expuesto también puede ser doloroso… es todo un dilema.
En conclusión, es mejor protegerse porque el sol hace daño. Evita la erisipela, evita el dolor.