Paren el mundo, me quiero bajar
Cuando de pronto te das cuenta de que el mundo gira más rápido de lo que debería, te das cuenta de que no todo marcha bien. Y es así como sucede siempre, aunque no queramos, no nos damos cuenta de que tan lindo es que todo este bien hasta que nos encontramos mal.
Durante más de tres meses estuve con un problema de la circulación y sentía que todo me daba vueltas. Hasta ese momento nunca me había dado cuenta de todos los beneficios que tiene estar bien: poder salir, caminar todo lo que quieras, leer, y hasta pequeñeces que no nos damos cuenta de cuanto disfrutamos hacerlas hasta que nos las prohíben. Es más, antes, habían veces que rogaba por enfermarme y faltar un día al colegio, a un examen, o a lo mejor a un día de Pachacamac.
Bueno, siempre me dijeron que uno no valora las cosas hasta que las pierda. Ahora digo, es verdad. Si bien cuando estaba sana no me daba cuenta de los beneficios que tenía estarlo, al perder todo eso lo único que quería hacer era decir: paren el mundo, me quiero bajar.
Durante más de tres meses estuve con un problema de la circulación y sentía que todo me daba vueltas. Hasta ese momento nunca me había dado cuenta de todos los beneficios que tiene estar bien: poder salir, caminar todo lo que quieras, leer, y hasta pequeñeces que no nos damos cuenta de cuanto disfrutamos hacerlas hasta que nos las prohíben. Es más, antes, habían veces que rogaba por enfermarme y faltar un día al colegio, a un examen, o a lo mejor a un día de Pachacamac.
Bueno, siempre me dijeron que uno no valora las cosas hasta que las pierda. Ahora digo, es verdad. Si bien cuando estaba sana no me daba cuenta de los beneficios que tenía estarlo, al perder todo eso lo único que quería hacer era decir: paren el mundo, me quiero bajar.
Maite Bustamante
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