
La hermana menor
Ser la hermana menor tiene muchísimas ventajas, pero también desventajas, háganme caso. Lo sé bien, ya que no tengo un hermano, sino dos. Los hermanos mayores son nuestros modelos, nos ayudan muchas veces con las tareas, aunque a veces no pueden entender que no nos salgan bien algunas, ¡como si naciéramos sabiendo todo! Tenemos a quién acudir cuando necesitamos algo en el colegio, pero no todos son beneficios.
No importa lo que uno pida, siempre te dicen engreída, no piensan que nosotros también tenemos necesidades. Uno tiene que aguantarse que estén molestos, ocupados, tristes y que el humor les cambie cada cinco minutos. Te critican todo el tiempo, porque comes mal, porque ves programas tontos, por tu modo de vestir. Se olvidan de que también fueron niños y les gustaban esas cosas.
Uno carga con su fama, aunque no se parezca en nada a ellos, Los profesores se confunden de nombre y tienen las mismas expectativas...Yo no soy mi hermano aunque a veces tener su apellido puede servir si es que era un chico “5”. Todo el tiempo la gente recuerda lo que ellos hicieron o dijeron, y te compara. No es nada fácil ser la menor...
Larissa Donayre
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