Pasar la primera P. G.
La Prueba General fue una novedad en el 2005. Nunca habíamos tomado una prueba que abarcara todos los cursos y los temas del año. Otro punto que asustaba era que ningún profesor conocía qué preguntas iban a aparecer.
La prueba es hecha por especialistas que formulan preguntas. Diez preguntas de todo el año, ¿qué tal si lo único que no estudié aparece? Qué angustia.
Algunos se pusieron a estudiar como locos ya que pensaron que si no pasaban, sería el fin del mundo y adiós al verano. Yo no. No quiero decir que no me interesaba y que no estudié nada: repasé sin desesperarme, sin tratar de acordármelo todo, porque es imposible. La primera vez que hablaron de la prueba dijeron: “Es una nota más y afecta a una competencia. Tiene un peso especial pero no varía drásticamente las notas”. Si no es para tanto,: no me angustio, pensé.
Ese día todos estábamos nerviosos. Alguno hasta llevó agua de azahar. Había razones: estar en un diferente salón, tener que marcar una bolita perfecta en una tarjeta. Si no borro bien, ay Dios, tener unos tiempos exactísimos para tomar las pruebas, estar absolutamente callados, si no: quitan la prueba y fuiste, etc.
No sé si deba pensar después de todo que la P.G. no es cosa de otro mundo. Para mí lo fue, en ese momento. Cada uno lo siente de diferente manera. El que estudió y jaló qué frustración, el que se esforzó y sacó buena nota pero al final no le subió tanto en el informe, otra frustración. El que estudió y pasó: bacán. Cada uno la recuerda de diferente manera…
Martín Valencia
viernes, junio 27, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario